El carbón es una roca sedimentaria utilizada como combustible fósil, de color negro, muy rica en carbono. Formado a partir de materia vegetal mediante un proceso de transformación conocido como carbonización. Suele situarse bajo una capa de pizarra y sobre una capa de arena y arcilla. Se cree que la mayor parte del carbón se formó durante la Edad Carbonífera (hace entre 280 y 345 millones de años).

Existen básicamente cuatro tipos de carbón: antracita, hulla, lignito y turba.

Las centrales térmicas transforman el carbón en energía térmica para generar energía eléctrica o para otros usos. Dependiendo de la pureza del carbón se generan más o menos contaminantes atmosféricos, actuando directamente en la lluvia ácida.

Históricamente, el carbón fue la fuente de energía que impulsó, a nivel mundial, la primera fase de la industrialización. Pero a principios del siglo XX, el petróleo reemplazó gradualmente al carbón en Estados Unidos y más tarde en los países europeos más industrializados. Sin embargo, a largo plazo y en comparación con el petróleo y el gas natural, el carbón ha mejorado su posición como la fuente de energía fósil más disponible en todo el mundo, ya que existen reservas suficientes para durar más de 200 años, incluso si aumenta la producción.

Los usos más comunes del carbón son: producción de electricidad, fabricación de acero y calefacción en el sector residencial, comercial y de servicios.

Existen numerosas variedades de carbón vegetal, que se pueden clasificar según características como:


■ Humedad.

■ Porcentaje de materia mineral no combustible (cenizas).

■ La potencia de calefacción.

■ Inflamabilidad, en relación con el porcentaje de elementos volátiles.

El análisis elemental es una prueba química que proporciona la fracción de masa de cada uno de los cinco elementos que componen principalmente todos los tipos de carbón: carbono (C), nitrógeno (N), oxígeno (O), hidrógeno (H), azufre. (S).

La mayoría de los países productores de carbón tienen su propia clasificación de tipos de carbón, sin embargo para el comercio internacional la clasificación americana (ASTM) es la más utilizada.